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Mercedes y Ferrari deben correr en Le Mans
Junio 3, 2014 Los grandes nombres se han ido sumando al Campeonato Mundial de Resistencia (WEC por sus siglas en inglés), siendo el más reciente Nissan que se unirá en 2015 a Audi, Toyota y Porsche, constructor que recién regresó este año. Mercedes y Ferrari saltan a la vista por su ausencia y son muchos los que desearían ver a las flechas plateadas y al cavallino rampante luchando durante 24 horas en el Circuito de La Sarthe en Le Mans, Francia.

Desgraciadamente, la Fórmula Uno implica un esfuerzo monumental como para poder abarcar ambos programas en esta época. Sin embargo, el simple reto debería ser suficiente para considerarlo como ya lo está haciendo la casa italiana y que podría significar el retorno tras cuatro décadas de ausencia oficial.

Si bien la Fórmula Uno es el pináculo del deporte motor, las 24 Horas de Le Mans son la carrera más complicada sobre una pista; requiere la combinación precisa de talento al volante, diseño automotriz, trabajo en equipo e, incluso, algo de suerte para poder triunfar. Es tan complicada la victoria en el trazado francés que una bandera a cuadros podría ser equiparable a la de un campeonato de Fórmula Uno por la complejidad que engloba lograrla. Más aún, la competencia y parrilla estarán tan nutridas con constructores tan diversos que eso aumentaría el valor de la dificultad de vencer un grupo nutrido de prototipos entre los que se encuentren los fabricados por Audi, Porsche, Toyota y Nissan.

Adicionalmente, la tecnología utilizada podría trasladarse directamente a los autos de calle como lo ha venido haciendo Audi durante los últimos años, un beneficio extra que en la Fórmula Uno difícilmente han encontrado (siendo La Ferrari uno de los pocos ejemplos) a pesar de la introducción del KERS, el ERS y demás sistemas híbridos en los últimos años. Es una inversión con un alto retorno, tomando en cuenta que la realizada para la F1 no suele incluir un componente económico de aplicabilidad a la calle directo de lo probado en pista. En Ferrari, en específico los motores del WEC, tiene más sentido pues son más asemejados a los utilizados en sus modelos de calle que los recién introducidos en la F1 para esta temporada, por lo que podría haber una relación casi directa entre el rugir del prototipo y el auto con el que algún aficionado llegue al autódromo.

Es cierto que a Mercedes le costó mucho regresar a lo más alto del podio y su principal meta será mantenerse en dicho puesto (sin tomar en cuenta que lleva tres años sin título alguno en el DTM) mientras que Ferrari sigue buscando la forma de volver a ser relevante antes de entrar en otra recesión severa como la de los años ochenta y noventa. Sin embargo, la gloria de Le Mans y las batallas con seis constructores distintos, que sería algo que nunca se ha visto, son demasiado tentadores como para dejar pasar la oportunidad.

Es tiempo que Mercedes y Ferrari regresen a Le Mans; es hora, de dejar atrás los accidentes de las flechas plateadas de 1955 y 1999 y retomar el reto que el Circuito de La Sarthe implica así como convertir en una batalla de seis grandes las 24 Horas de Le Mans. La FIA no debería quedarse atrás y buscar la forma de incentivar la presencia de los de Stuttgart y Maranello en Francia y en el mismo WEC para regresar al automovilismo de resistencia, de manera inmediata, a lo más alto del escalafón automovilístico como alguna vez sucedió en los 60s y 70s. Ya si los pilotos se atreven a dar el paso y convertirse en pilotos de F1 y del WEC, ese es otro tema.