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La estrella que nació en Canadá
Junio 11, 2014 El Gran Premio de Canadá bien podría marcarse como el nacimiento de una nueva estrella pues es el evento quedó inscrito en los libros de la historia de la Fórmula Uno como la primera victoria de Daniel Ricciardo, el australiano de Red Bull Racing que sustituyó a su compatriota Mark Webber en el garaje contiguo al del tetracampeón Sebastian Vettel.

Si bien ganar una carrera no significa que lo volverá a lograr (basta ver a Jean Alesi, quien lo entrevistó en el podio y obtuvo ahí su única victoria en la F1), y mucho menos que podrá alcanzar un campeonato; el australiano ha demostrado un crecimiento constante desde su promoción a la máxima categoría del automovilismo con Scuderia Toro Rosso en 2011 para debutar en el GP de la Gran Bretaña de dicho año a bordo del Hispania F111 del extinto HRT con apenas 22 años cumplidos. Después de media temporada aprendiendo en el HRT la promoción al equipo “B” de Red Bull fue otorgada y Ricciardo no tardó en obtener sus primeros puntos, en la primera fecha del año, en su GP local, augurando un buen comienzo de su carrera en un auto competitivo de la Fórmula Uno. La etapa de Scuderia Toro Rosso llevó a ganarse su asiento en Red Bull Racing y había dos opciones: convertirse en la segunda versión de Mark Webber o buscar hacerse un nombre enfrentando a Vettel.

Tras un gran inicio de la temporada 2014, Ricciardo demostró que viene a la par de su coequipero y no a ser el segundo piloto. Gran trabajo en Australia lo llevó al podio, para después ser descalificado, el australiano no cesó en su esfuerzo hasta lograr el primer podio, luego otro y, por fin, la primera victoria para convertirse en el 105° en lograr subir a lo más alto del podio en la F1. Pero no sólo ganó en Canadá, sino que validó su elección al equipo “A” de Red Bull –por si a alguien le quedaba la duda- y se decanta como uno de los talentos que en próximos años podría dar mucho de qué hablar, incluso pensar en el campeonato.

Su manejo se ha caracterizado por ser limpio y refinado; mesurado la mayor parte del tiempo y un poco más agresivo cuando la situación así lo amerita, pero siempre un caballero dentro y fuera de la pista como lo demostró al terminar el GP canadiense y preguntar por el estado de salud de Massa y Pérez antes de comenzar a festejar. Es un piloto que me recuerda a Vettel cuando comenzaba a ganar; veloz y dedicado a mejorar en cada momento arriba del auto, cuestión que ha logrado a lo largo de su corta carrera en la máxima categoría.

Sumen a su talento la carisma y sonrisa que lo caracterizan y es inminente que se convertirá en uno de los favoritos del público y una estrella de la categoría pues, en estos momentos, nadie tiene el nivel de potencial y estrella en la F1 que Ricciardo posee. Hamilton es visto como un piloto arrogante, Rosberg no es carismático y muchos piensan que es menos talentoso que Vettel, Alonso y Hamilton, entre otros, mientras que Alonso está atorado en su Ferrari con el padre tiempo pisando sus talones y sin tener mucho crecimiento al frente mientras Vettel se encuentra envuelto en una lucha por demostrar que sus cuatro títulos tuvieron un fuerte factor de piloto, pues Ricciardo le va ganando en la mayoría de las categorías este año (hay quienes todavía dudan del talento del alemán) y no es conocido por ser alguien querido por todos. Ricciardo no polariza, es un tipo amable y en quien muchos ya ven el talento para ser la próxima gran estrella de la F1, una que nació con una victoria en el Circuito Gilles Villeneuve.