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Espectáculo falso
Enero 27, 2014
El pasado domingo arrancó la nueva era de carreras de autos prototipos en Estados Unidos con las 24 Horas de Daytona y lo que debió haber sido una gran celebración de principio a fin, se vio opacada a quince minutos del final por una pésima decisión de los directivos de la serie.
La nueva United SportsCar es la fusión de la Grand Am con la American Le Mans cuando NASCAR compró esta última y anunció que tras 10 años de hostilidades entre ambas series por fin habría sólo una categoría de prototipos en Estados Unidos, la cual tendría entre sus eventos las 24 Horas de Daytona, las 12 Horas Horas de Sebring, las 6 Horas de Watkins Glen y la Petit Le Mans entre otras, lo cual es fantástico, pero si piensan que pueden manipular las carreras como lo hicieron el pasado domingo están muy equivocados.
Las carreras de resistencia no son ni en óvalo, ni con autos NASCAR, son carreras en serio donde no se premia la mediocridad y donde el esfuerzo de un equipo y el no cometer errores es lo que los lleva a ganar carreras.
Faltando quince minutos para acabar la edición 52 de las 24 Horas de Daytona se despistó un Porsche GT, el cual regresó a la pista por sus propios medios y sin poner en peligro a nadie y metieron al Pace Car, compactando al grupo de competidores y poniendo en grave peligro la victoria en tres de las cuatro categorías.
No puedo imaginar la frustración de los equipos que habían realizado tan brutal esfuerzo para estar como líderes a nada del final de una carrera con tanto prestigio, sólo para ver como por una decisión arbitraria de los oficiales y directivos de la serie y contraria al espíritu de competencia, tendrían que jugársela en los últimos seis minutos la victoria.
Si NASCAR quería espectáculo lo logró, fue un cierre muy espectacular entre Joao Barbosa y Max Angelelli por el triunfo, pero esa no era la forma de acabar una carrera, en las competencias de resistencia no se puede tirar a la basura el esfuerzo de 23 horas y media para hacer un sprint de unos cuantos minutos al final, el equipo que hizo bien las cosas merece ganar y el resto deben trabajar más duro para la siguiente oportunidad.
Afortunadamente la maniobra de los oficiales no alteró el resultado de la carrera, pero si hubiera sido el caso estaríamos leyendo sobre protestas, reclamos y otras cosas que al final sólo empañan las carreras y esa no es la idea.
Ojalá que tras las mentadas y críticas que recibió la serie por la manipulación que trataron de hacer en Daytona aprendan la lección y dejen a este campeonato ser lo que debe ser, una serial de resistencia donde los mejores pilotos, equipos y autos ganan, si queremos ver carreras apretadas, con accidentes y banderas amarillas en la parte final pondremos la TV en la NASCAR.
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